En el mundo de la medicina estética y la cirugía estética cada día se introducen nuevos procedimientos y dispositivos que utilizan la electricidad como un recurso para mejorar la apariencia de las personas.
La mayoría de los productos para la piel utilizan sustancias químicas, pero hoy en día se continúa avanzando el estudio y la aplicación de la electricidad para cambiar la actividad celular de la piel con el fin de lograr un mejor aspecto.
La “bioelectricidad” viene del estudio de las heridas, que generan un nivel de electricidad que empieza el proceso de curación, se comprobó que la piel que envejece tiene menos niveles de bioelectricidad, algo que resulta en lentitud para la cicatrización, poco colágeno y menor formación de elastina.
La electricidad del dermatólogo
Los dermatólogos utilizan dispositivos electrónicos para extirpar las estructuras no deseadas y para cortar el sangrado luego de una cirugía y a raíz de los resultados excelentes obtenidos empezaron a investigar su uso en la industria de la cosmética.
Los tratamientos de radiofrecuencia que se realizan en un centro de estética colocan electricidad en las partes profundas de la piel, de forma tal que la electricidad se transforma en calor, a raíz de esto, las membranas de las células grasas de la piel se endurecen rapidamente.
Estos dispositivos no pueden reemplazar a los tradicionales procedimientos de lifting facial, pero ofrecen mejoras muy destacadas en aspectos como las bolsas del cuello, el contorno de los cachetes y los párpados, los aparatos de última generación llegan a ser inclusive mucho mejor que los tratamientos de lifting que se utilizan actualmente.
La electroporación, aplica electricidad en pulsos de corta duración para obtener una mejoría físicamente.
El estudio de la electricidad para los procedimientos cosméticos establece un área muy interesante de investigación, de forma tal que con el tiempo se podrá entender mucho mejor su potencial y la duración de las mejoras estéticas que introduzca.