Hablamos de tartamudez infantil, cuando el niño repite mientras habla las sílabas, los sonidos, las palabras o las frases enteras. También solemos referirnos a este trastorno cuando el pequeño manifiesta titubeos para comenzar a hablar.
No debemos confundir lo que llamamos tartamudez, con lo que se denomina pseudotartamudez. Hablamos de esto último, cuando alrededor de sus dos años, repite las palabras que acaba de aprender y todavía le resultan demasiado complicadas. Se tratan entonces de manifestaciones de diversa complejidad, siendo el primero el que debe llamarnos en realidad la atención.
Las causas de la tartamudez tienen que ver con el estado emocional del pequeño. La tartamudez es un trastorno de tipo relacional, entonces, cuando el niño se equivoca, intenta controlarse y corregirse, pero cuanto más se controla, peor se expresa, aumentando de este modo sus tartamudeos.
Si este síndrome es tratado correctamente, puede resolverse de forma espontánea en muy poco tiempo. La clave es tomar medidas para resolverlo, y no dejarnos estar.
Hay algunas cosas que debemos hacer y otras que deberíamos evitar:
• No debemos dar importancia al trastorno para no angustiar al niño.
• Debemos entrenarnos para charlar agradablemente con él sin corregirle si se equivoca.
• hay que enseñarle canciones y trabalenguas.
• No debemos interrumpirle cuando habla, y tampoco completar sus frases.
• debemos esforzarnos por entenderle, evitando preguntarle y hacerle repetir todo.
• Tratemos de no decirle que hable más despacio. En todo caso, tratemos de incitarle para hablar un lenguaje relajado, poniéndonos a nosotros mismos como ejemplo.
• No hay que obligarle a exhibir sus progresos ante los extraños.
• No hay que reírse nunca de él si balbucea, y hay que impedirle a los demás que lo hagan.
• debemos desdramatizar a toda costa la situación, asegurándole que con el tiempo mejorará.
Debemos consultar a un pediatra cuando el niño tiene más de cinco años y prosigue con esta dificultad para expresarsem también si hace muecas y tics al hablar, o si en la familia existen casos de tartamudez a edad adulta. Otro detalle a tener en cuenta para considerar la visista a un pediatra, es el siguiente: si no forma palabras antes de los 18 meses y no articula frases antes de los dos años y medio.