Según diversos estudios, un 12% de la población activa ha tenido alguna relación sentimental con alguno de sus compañeros de profesión. Muchas terminan en boda pero también existen riesgos profesionales al vivir estas relaciones dentro de la empresa.
Los psicólogos creen que la mayoría de las personas que tienen un idilio en el trabajo llegan a esta situación casi sin darse cuenta. Indirectamente, la propia empresa influye en el surgimiento de estas relaciones. Muchas organizaciones tienen programas de incentivos para recompensar el esfuerzo y mantener el ritmo de trabajo. Así intentan crear una química especial entre sus asalariados para mejorar la calidad del trabajo.
En la mayoría de los trabajos, las relaciones laborales entre los empleados son frecuentes. Pero el grado de intimidad no es igual de intenso ni de frecuente en todos los sectores. Las profesiones conocidas como liberales, en las que el trabajo diario se realiza en pequeños equipos mixtos de gente joven, multiplican las posibilidades de que surjan parejas y relaciones amorosas.
¿Existe el idilio secreto?
Muchas veces lo peor de tener una aventura en el trabajo es la indiscreción de los compañeros. Estos notarán sin duda el cambio en el comportamiento de las dos personas. Para que no se sucedan situaciones desagradables es conveniente tomar algunas precauciones.
No es recomendable confesar a los compañeros la existencia del romance. Es una manera de traicionar la confianza de la otra persona y la noticia tiene muchas probabilidades de extenderse poco a poco. Tampoco es positivo cambiar la forma habitual de comportamiento pues esta actitud resulta más que sospechosa.
Si se quiere mantener el secreto a toda costa hay que ser cauteloso. Por ejemplo, evitar las llamadas de teléfono entre ambos en el lugar de trabajo. Tampoco hay que elegir el mismo período de vacaciones, ni ir cogidos de la mano por la calle; nunca se sabe si va a encontrarse con algún compañero. Es importante no llegar a trabajar con poca diferencia de horario. Y lo más importante, mantener la conciencia tranquila porque las mentiras parecen más creíbles y nadie sospecha que se está ocultando algo.
Primera fase del idilio
Todo idilio se va desarrollando por fases. Al principio se suele experimentar un repentino interés por ciertos aspectos de la otra persona que antes no se contemplaban. A partir de ahí se suele identificar su comportamiento laboral con los rasgos personales que gustaría que aportara a la relación de pareja.
Durante esta etapa se produce un importante aumento de la productividad laboral. Pero la frontera no está en todo lo relacionado con el trabajo. La persona que se siente atraída estudia todas las costumbres extralaborales del otro.
Con el tiempo…
Una vez que ambas personas se confiesan su mutua atracción se producen las primeras citas. Entonces disminuye su concentración en el trabajo. Pero toda relación se va estabilizando a medida que transcurre el tiempo. Al desaparecer el nerviosismo de la primera cita, la productividad laboral va en aumento. El ambiente de trabajo se vuelve más positivo. Llega hasta el punto que algunos compañeros de trabajo, ajenos a la relación salen beneficiados con la misma.
El problema surge cuando se rompe la unión en la pareja. Entonces hay que olvidar el papel de amante y volver a comportarse como un simple compañero y no mostrar celos si la otra persona inicia otra relación. Por ello hay que sopesar los riesgos y jamás dejar caer la autoestima.
A tener en cuenta
Hay momentos en que resulta difícil no iniciar una relación amorosa en el trabajo. En estos casos es importante informarse de cuál es la política empresarial al respecto. Pero más importante es conocer el grado de conocimiento de la otra persona. Si no es muy fuerte lo mejor es olvidar la posibilidad de tener una relación. Puede que presente más consecuencias negativas que positivas.
Nunca hay que confundir lo personal con lo profesional. Tampoco es bueno entrar en una relación con un superior, sobre todo en una empresa pequeña. Cabe la posibilidad de que algún compañero explote o manipule esa información. Por ello hay que tranquilizar a los compañeros que conozcan la relación.
Es importante asegurarles que ésta no va a tener consecuencias negativas para ellos. Siempre es posible que los compañeros averigüen la existencia de la relación a pesar de la discreción. En todo caso, siempre hay que tomar la relación como algo enriquecedor, acabe como acabe.