Aunque te parezca no tan probable y estés convencida de que tu hijo tenga una visión óptima, tal vez esté necesitando unas gafas antes de lo que te imagines, y probablemente debas chequear algunas cosillas para averiguar si tu hijo o hija está necesitando una ayudita extra para ver mejor.
En las actividades cotidianas de tu hijo es posible que él esté sintiendo la necesidad de unos lentes sin darse cuenta, así que eres tú la que debes intervenir observándolo para ver si de veras está necesitando una ayudita extra.
Si notas que tu hijo está leyendo muy de cerca o viendo la tele más cerca de lo necesario, si se le cansan los ojitos y se los refriega con los dedos, si lee despacio y utiliza el dedo para seguir la lectura, si tuerce un ojo al leer, le duele la cabeza o se marea seguido, probablemente esté pidiéndote unos lentes sin darse cuenta.
En el caso de que todo esto se presente en tu hijo seguramente es hora de que un especialista intervenga para hacerle un examen de vista y determinar si necesita lentes o no. Consultando no pierdes nada.