La cirugía del abdomen o abdominoplastia es una intervención quirúrgica destinada a eliminar el exceso de piel y tejido adiposo en la porción media y baja del abdomen, al mismo tiempo que tensa los músculos de la pared abdominal. Es importante dejar claro que su objetivo no es la pérdida de peso, sino que se trata de una cirugía reparadora de la pared abdominal que le devuelve a ésta un aspecto terso y que restaura el tono de la piel.
Se realiza tanto en hombres como en mujeres, siendo especialmente útil en estas. Está indicada en situaciones en las que, tras varios embarazos o grandes pérdidas de peso, la piel del abdomen, que ha sido sometida a dilataciones extremas, queda descolgada y flácida, y ya no responde a ningún otro tratamiento o dieta. Además, el paciente debe saber antes de someterse a una cirugía del abdomen que, si tiene intención de quedarse embarazada o aún no ha alcanzado su peso ideal, debería posponer la cirugía para que no vuelva a encontrarse en la misma situación de nuevo.
Este tipo de intervención se realiza en quirófano bajo anestesia general o epidural, generalmente dura entre tres y cuatro horas, si bien puede prolongarse hasta cinco o seis según los casos, y requiere una noche de ingreso hospitalario. El procedimientos consiste, a grandes rasgos, en realizar una inserción inmediatamente por encima del vello pubiano que se extienda desde la cadera derecha hasta la izquierda, practicar la desinserción umbilical, liberar la piel del abdomen a través de la incisión para luego permitirla descender, aproximar los músculos abdominales restaurando la tensión de la pared abdominal, eliminar la piel y la grasa sobrante y, finalmente, proceder a la sutura.
Las cicatrices que queden a nivel periumbilical y a nivel de la incisión, irán desapareciendo a medida que pasa el tiempo, hasta que la maduración cicatricial sea completa. No obstante, existe gran variabilidad interindividual en cuanto a la cicatriz residual, ya que cada paciente cicatriza de una manera diferente.