Los protectores bucales están diseñados para proteger la boca y los dientes de posibles daños. Son muy apreciados por los atletas profesionales y por cualquier persona que participe en actividades físicas. Si ha pensado en invertir en este tipo de aparato dental, probablemente querrá saber si lo necesita, qué tipos hay y cuándo es el momento de sustituirlo.
¿Quién necesita un protector bucal?
Los protectores bucales se recomiendan para aquellos que participan en deportes con contacto físico o que pueden provocar lesiones faciales. Esto incluye el fútbol, el baloncesto, el béisbol, el fútbol, el hockey, el patinaje, la gimnasia, el boxeo y el ciclismo de montaña.
El típico protector bucal cubre los dientes superiores, ya que sobresalen más y son los más afectados por cualquier traumatismo. Este tipo de protector bucal también puede proteger los labios, la lengua y la mandíbula. Cualquiera puede llevarlo, pero es especialmente necesario para las personas que llevan aparatos de ortodoncia u otros dispositivos dentales fijos, señala el dentista Salvador García. Su dentista también puede recomendarle un protector bucal inferior si tiene brackets o aparatos dentales fijos como coronas, puentes e implantes.
Tipos de protectores bucales
Existen varios tipos de protectores bucales. Mientras que algunos se pueden comprar sin receta, otros se fabrican a medida en un consultorio o laboratorio dental.
A medida: Los protectores bucales hechos a medida son los más cómodos y proporcionan la mejor protección. Tu dentista tomará una impresión de tu boca para enviarla al laboratorio. El laboratorio utiliza plástico sobrecalentado moldeado y estratificado según especificaciones precisas. Tras el enfriamiento, tendrá un aparato dental estable y duradero.
Los dentistas y los deportistas profesionales los prefieren porque son cómodos y ofrecen la mejor protección. El ajuste ceñido garantiza que no haya movimientos indeseados, y el protector se mantendrá en su sitio incluso cuando abra la boca.
Hervir y morder: El protector bucal de hervir y morder está un paso por debajo de la costumbre, pero un paso por encima de los aparatos de stock en términos de calidad. Pueden comprarse en la mayoría de las tiendas de artículos deportivos y ofrecen un ajuste semipersonalizado de menor coste y calidad que un protector bucal hecho a medida por su dentista.
El protector bucal en sí está preformado, pero puede ajustarse a su mordida única. Se hierve en agua caliente y se muerde el plástico blando y caliente para que se adapte a los dientes. Se pueden hacer más modificaciones recortándolo si se siente demasiado alto y agrava las encías.
Si no le importa el ajuste o simplemente necesita algo de prisa de camino a un evento deportivo, siempre puede comprar un protector bucal de stock en una tienda de artículos deportivos. Vienen preformados y son la opción más económica. Si aprietas o muerdes con fuerza, puedes romper el plástico. No se ajustan tan bien como los otros tipos, lo que puede dificultar la respiración y el habla. Sin embargo, usar este tipo de protector bucal es mejor que no usar ninguno.
¿Cuánto tiempo deben durar?
La mayoría de los protectores bucales pueden utilizarse durante un año con un uso normal y un cuidado adecuado. Si aprieta o rechina mucho los dientes, el protector bucal puede desgastarse más rápidamente. Como mínimo, deberá sustituirlos después de cada temporada deportiva. En el caso de los adultos que se someten a ortodoncia y los deportistas profesionales, deben hacer o pedir un nuevo protector bucal en cada cita dental semestral.
Los niños y los adolescentes pueden necesitar reemplazar sus protectores bucales más de dos veces al año. Sus bocas siguen creciendo y cambiando, por lo que debes asegurarte de que siempre tengan el ajuste adecuado para proteger sus dientes y evitar molestias.
Habla con tu dentista
Para obtener el mejor consejo sobre el tipo de protector bucal que necesita, su dentista es la mejor fuente. Ellos conocen tu situación dental particular, y si rechinas los dientes o tienes un esmalte sensible. Su dentista también puede darle una mejor idea de cuánto costará su aparato y si su seguro cubrirá todo o parte del gasto.