Casi uno de cada tres niños tiene sobrepeso u obesidad, según la Asociación Americana del Corazón en 2010. Además de desarrollar un mayor riesgo para la diabetes, el colesterol alto y las enfermedades del corazón, los niños obesos sufren de una variedad de problemas psicológicos y sociales.
La creación de un programa de ejercicio que queme calorías, fortalezca los músculos y que los niños disfruten le ayudará a reducir las graves consecuencias de la obesidad de su hijo.
Consideraciones cardiovasculares
La obesidad en los niños a menudo es el resultado de un estilo de vida sedentario. Pedir a los niños elevar su ritmo cardíaco a un tipo de ejercicio aeróbico mayor de 30 minutos o más puede ser peligroso.
Comience con un ritmo de ejercicio que se asemeja a una caminata a paso ligero, en vez de correr. Calentar lentamente durante los primeros minutos, además deje que los niños tomen descansos cuando sea necesario y asegúrese de beber agua cada vez que se tengan sed.
El estrés físico
Los niños obesos pueden desarrollar dolor en las articulaciones o la espalda si realizan repetitivo, ejercicio de alto impacto, dentro de ellos se pueden mencionar algunos como por ejemplo: correr, baile, aeróbicos, saltos. Incluso una sesión de ejercicios sin impacto, como por ejemplo en una máquina elíptica, podría causar problemas en las rodillas y la espalda porque todo el peso del niño está en sus piernas todo el tiempo.