Creo que es importante hablar de este tema, porque muchas veces se da por sentado que luego desaparece, lo cual es cierto, pero no siempre en el momento en que se espera. Me refiero a la enuresis nocturna, que hace que entre un 15 y un 20 por ciento de los niños y adolescentes mojen su cama a al hora de dormir.
Generalmente este trastorno se va con el tiempo, pero es algo que a veces puede demorar meses e incluso años. Lo que esto conlleva es a problemas psicológicos del niño, así como repercusiones en el trato social y en el estudio, y no solamente para él, sino también para su familia.
El niño se angustia y se pone ansioso y eso baja un poco su autoestima. Más allá del tipo de tratamiento que uno aplique con su niño para lograr que controle el funcionamiento de su vejiga, en la mayoría de los casos eso sucede de forma natural e independiente de esos tratamientos.
Esto no quiere decir que no se realicen entrenamientos de continencia urinaria, porque así se logrará adelantar el momento y se podrán prevenir problemas a futuro como infecciones urinarias, vejiga hiperactiva, entre otras.
Lo importante es que ya a partir de los 18 meses comenzamos a enseñarle al chico que puede hacer sus necesidades solo, y para eso le podemos dar un orinal que se adapte a su cuerpo y no insistir en que haga en el momento en que está allí sentado porque no siempre puede. Hay que dejarlo que orine cuando se sienta deseoso de hacerlo.