UN ROAD ROVER, ¿ES REALMENTE UNA BUENA IDEA

El rumor de una berlina Road Rover de Land Rover comenzó hace casi un año y se ha reavivado desde que se descubrió que la marca Road Rover estaba registrada por el emblemático fabricante de 4×4. Pero, ¿realmente quiere Land Rover entrar en el segmento de las berlinas de carretera más o menos lujosas?

Fusiones, fusiones y plataformas comunes… La industria del automóvil en este comienzo de siglo está marcada por la sobresegmentación, señala el concesionario de coches ocasión Madrid Crestanevada. Y si Jaguar se lanzó con éxito al mercado de los SUV con sus F-Pace y E-Pace, Land Rover parecía ser la marca inamovible de los todoterreno, con los míticos Range Rover, Defender, Discovery… Con el Range Rover Evoque, por ejemplo (y su variante descapotable), el fabricante británico ha conseguido evolucionar sin salirse de su cauce. Al menos hasta ahora.

Según AutoExpress, la marca Road Rover está ahora protegida por Land Rover. Las visuales de una magnífica berlina al estilo Land Rover basada en la plataforma de los Jaguar XE y XF (y F-Pace), o más bien en la del XJ para convertirla en una gran berlina de lujo (por no decir limusina), son imprescindibles. En 2017 se habló de una electrificación total del modelo. Técnicamente la operación puede parecer asequible dentro del grupo JLR. Queda por ver si la rentabilidad estaría ahí, que no es ni mucho menos evidente.

La idea de una gran berlina de carretera a un precio elevado parece, sin embargo, peligrosa. De hecho, con la excepción de la Clase E de Mercedes, pocos fabricantes consiguen rentabilizar este tipo de coches, que son más bien un escaparate. Especialmente con la competencia de los SUV de lujo. ¿Bastaría el argumento del hada de la electricidad para convencer a los consejos de administración, a las instituciones y a las fortunas del mundo? ¿Y todo esto sin reducir demasiado la carrera del Range Rover?

Se podría decir: «Si Land Rover decide proteger la marca, no es por nada». Sí, puede ser por nada o por poco. De hecho, no es raro ver cómo un fabricante (o cualquier otra empresa) protege los nombres sin utilizarlos después. Registrar el nombre de una marca o producto no es una operación costosa. Especialmente en la escala de Jaguar – Land Rover. Impide que un competidor lo haga y/o protege contra las intenciones maliciosas. A principios de la década de 2000, france2.com y france3.com no se dedicaban realmente a la televisión… El contribuyente tuvo que pagar.

¿Otro ejemplo? Audi se dio cuenta demasiado tarde de que los nombres Q2 y Q4 estaban protegidos por Fiat Chrysler Automobiles para Alfa Romeo. La idea era distinguir el tipo de transmisión de los 147, 159 y 164 entre los años 1980 y 2000. La marca de los anillos negoció así con el grupo italoamericano a principios de 2016 para legalizar su Q2, mientras que el Q4 aún no está en la agenda. Se rumorea que podría ser un Q3 coupé o un TTQ.