La cirugía de revascularización coronaria con injerto, fue descrita por el Doctor Rene Favaloro al final de la década de los 60, y se convirtió en un procedimiento quirúrgico que con frecuencia se realiza en muchos hospitales.
El cual es muy eficaz para el tratamiento de la enfermedad arterial coronaria, por la mejoría en la supervivencia y calidad de vida del paciente.
El paso de la hospitalización y la cirugía lleva a cambios sensoriales a los seres humanos, entre ellos el dolor.
Entedemos por dolor, como una experiencia desagradable sensorial de carácter emocional asociada con daño tisular real o potencial. Por lo tanto, en el post tratamiento quirúrgico, se hace importante la evaluación de dolor torácico en reposo.
Otro parte importante del análisis en la evaluación de los pacientes hospitalizados y que se harán una revascularización con injerto, es la función pulmonar, a través de los índices espirométricos, ya que en el tratamiento quirúrgico hay reducción en los volúmenes pulmonares, debido a disfunción diafragmática, la ausencia de respiraciones profundas, el dolor, y las anomalías de la mecánica pulmonar.
El fisioterapeuta, como parte de un equipo multidisciplinario, puede evaluar el dolor en el pecho y en el resto la función pulmonar en estos pacientes, para identificar los cambios sensoriales y funcionales con el fin de ofrecer las mejores condiciones de estos pacientes en el período de hospitalización.